lunes, 13 de enero de 2014

  • Un blog basado en el libro La Senda de l’Exòde divulga población por población las listas de los hijos de los moriscos que fueron forzados a quedarse a vivir en  la  comarca a partir de 1609
  • En esas relaciones se describe a los menores como si fueran ganado: “Jerómina, de 12 a 13 años, es fuerte y tiene los ojos negros”
  • Muchos eran hijos de los que se habían sublevado contra el decreto de expulsión en la Vall de Laguar y algunos fueron vendidos como esclavos en Castilla o en Sicilia
Fueron vendidos como botín de guerra, muchos como esclavos, porque eran hijos de aquellos moriscos que se sublevaron contra el decreto de expulsión de Felipe III en 1609. Arrancados por la fuerza de la compañía de sus padres muertos o exiliados al Norte de África, aquellos niños de todas las edades se vieron obligados a quedarse en la Península, muchos de ellos en la Marina Alta, y a educarse en una religión diferente a las de sus ancestros. A diferencia de otras, esta historia es conocida porque en 2009, cuando se cumplían 400 años de aquellos hechos, esta comarca ya reflexionó con profusión sobre el exilio morisco. Pero nunca es superfluo seguir recordando.
Retrat d'en Baltasar Mercader
Por esa razón, un blog basado en el libro La Senda de l’Èxode (publicado por la Macma y escrito por los profesores Antoni Mas, Josep Mas y Jaume Noguera) sigue difundiendo por las redes sociales aquella historia y, lo que resulta más valioso, lleva desde finales de diciembre publicando las listas de aquellos niños que en vez de exiliarse con el grueso de la población morisca rumbo a Orán siguieron viviendo en las poblaciones de la Marina Alta, adoptados en casas de nobles, comerciantes, labradores o integrantes del clero.
Esas listas están organizadas por municipios. El blog, que lleva el mismo nombre del libro, ha publicado ya las relaciones de los morisquets que crecieron en Benissa (28 niños), Ondara (39), Calp (13), Parcent (6) y Alcanalí (6), y pronto lo hará con el resto de poblaciones de la Marina (sólo en Dénia se calcula que se quedaron unos 200). Las características de esas relaciones resultan hoy, cuatro siglos después, sorprendentes y denotan la crueldad de los vencedores hacia los hijos de los derrotados: junto al nombre del niño, su edad, su procedencia y el nombre de su “presentador ” (esto es, su tutor, el cabeza de la familia del nuevo hogar del morisquet), se dan a conocer también las características físicas de cada menor, casi como si se tratara de piezas de ganado. Así, sabemos que Jaume, de 6 años, tenía dos señales en la frente y en la ceja y “buen aspecto”; Caterina, de 6 a 7 años, marcas de viruela y los ojos hundidos; y Jerónima, de 12 a 13 años, era “fuerte” y con los ojos negros. Y así, decenas y decenas de descripciones sobre la salud, el aspecto físico o mental y la disposición para el trabajo.
¿Por qué se quedaron?: de los secuestros a la esclavitud
Antes de publicar estas listas, cada una de ellas en una entrada, el blog reprodujo en la red una serie de capítulos del libro que ayudan a entender las razones por las que hubo oficialmente 2.449 hijos de moriscos (aunque en realidad el número fue muy superior) que se quedaron en la Península. Según el bando de expulsión de Felipe III (22 de septiembre de 1609) podían librarse del éxodo aquellos menores de 4 años con el consentimiento de sus padres o aquellos menores de 6 cuyo padre o madre fuera cristiano viejo. Pero esas eran las disposiciones legales acordadas desde el altivo trono del Imperio. La realidad, a pie de calles, pueblos y aldeas, fue muy diferente.galerasdescarga
Los autores de La Senda de l’Èxode sostienen que mientras los hijos de los moriscos que aceptaron de buen grado la orden de expulsión pudieron partir con sus padres al Norte del África, los vástagos de quienes se sublevaron contra las intenciones de la Monarquía en revueltas como las de la Vall de Laguar o Muela de Cotes se vieron en cambio forzados a quedarse. Y por eso se convirtieron en botín de guerra: secuestrados primero por las milicias que sometieron esas sublevaciones a sangre y fuego, acabaron en manos de nobles, miembros del estamento eclesiástico o labradores ricos. Fue lo que el Tulio Halpering llamó “el santo latrocinio”, porque tuvo además un componente religioso: la propia virreina Isabel de Velasco estaba encantada”de haver quitado a Satanás las uñas de esta presa” cuando se refería a las niñas moriscas.
Pero más allá de esas excusas teológicas y a pesar de la oposición formal de las autoridades, muchos de estos niños acabaron convertidos en esclavos y algunos vendidos en tierras de Castilla o incluso de Sicilia. Otros se quedaron mucho más cerca de las poblaciones del interior de la Marina donde habían nacido: en Benissa, como Alonso, de 14 años, que era “simple y con una señal en la ceja”; en Ondara, como Diego, de 3 años, que tenía “el pie derecho torcido”; o en Calp, como Anna, de 11 años, que mostraba “una peca en las mejillas y los ojos grandes”.

Fuente: http://lamarinaplaza.com/2014/01/08/los-ninos-de-la-marina-alta-que-fueron-vendidos-como-botin-de-guerra/#.Us2FX02cOLk.facebook

jueves, 9 de enero de 2014

Autor: Miquel Adlert Noguerol


Publicat en LEVANTE-EMV, 16 de maig de 1982

Sense valencianisme l’autonomia no pot ser sino una estructura politica-administrativa; una armadura buida; sense anima, com no me canse de dir; perque l’anima de l’autonomia no pot ser sino el valencianisme. Com l’anima de l’autonomia catalana es el catalanisme. Pero este valencianisme, que deu ser l’anima d’una autonomia valenciana, ha se ser un sentiment –despres un ideari- que no es pot tindre sense la previa possessio d’una consciencia de la valencianitat. ¿Esta valencianitat informa a tots els valencianas de nort a sur i d’est a oest de les terres valencianes? I, està clar que el “tots” que he dit no significa unanimitat, que es un impossible, sino una majoria que siga quasi totalitat.

Pero esta possessio de la consciencia de la valencianitat encara no es prou, perque, ademes, s’ha de tindre la satisfaccio de ser valencians; un llegitim orgull de lo que es Valencia i ser valencià. Si e ste aço s’ha arribat al valencianisme, i una vegà raonat, naix el convenciment que mou, per a anar en benefici de Valencia. ¿Hi ha en una majoria dels valencians tot aço que he dit que es precis per a que l’autonomia tinga anima?

A esta voluntat conscient d’autonomia, espirit autonomic, s’arriba despres d’un llarc proces. Com l’han seguit el poble catala, que te una dilatà historia densissima de catalanisme; i, no tan llarga i tan densa, el poble vasc. ¿A on està una historia valencianista llarga i densa?.

I esta es la qüestio greu per a l’autonomia valenciana: que estes condicions d’aptitut no es poden repentisar en Valencia per una simple reaccio davant algun motiu, i molt manco si la reaccio no consistix en una actuacio a favor d’eixes condicions d’aptitut, sino en un “anti”.

Perque no es pot repentisar el que hi haja un valencianisme predominant (com ho son els sentiments i idearis parions que hi ha en Catalunya i en Vasconia), el qual faça que hi haja partits politics valencianas que predominen en tot l’aspecte de la politica, com, naturalment, els hi ha en Catalunya i en Vasconia.

Per aixo l’autonomia valenciana nomes pot ser una descentralisacio politica-administrativa. Perque ¿on està un moviment, una actuacio cultural i un moviment editorial en llengua propia, etc., en Valencia, com hi ha en Catalunya?

De la no existencia de lo que acabe de dir es deriva la falta, no ya de partits politics valencianistes sino inclus de partits politics valencians simplement, com els hi havia en els anys anteriors a la guerra civil.

Ara Valencia està en mans de valencians no valencianistes i de no valencians que formen els partits politics en general de tota Espanya, que tenen en Valencia especies de sucursals, entre els dirigents de les quals figuren elements que ni’han solament son valencians. I estos partits i estos homens son els que duen l’empresa de l’autonomia i inclus son els que han redactat l’estatut d’autonomia ¡i aixi ha eixit el text de l’estatut!

I la governacio de l’autonomia no pot estar sino en mans dels mateixos que han dut les gestions per a ella. Que son els que han dut eixa especie d’anticipo de la preautonomia.

L’autonomia catalana ¿ha segut gestionà i es governà pels que els catalans diuen “xarnegos”? I l’autonomia vasca ¿ha segut gestionà i es governà pels que els vascs diuen “maketos”?

Pero en Valencia si, i si.

Tot aço es la conseqüencia llogica de tot lo que he dit aci, i que, junt en molt mes, he dit fa temps en moltes bandes; que sense consciencia de la valencianitat, valencianisme, l’autonomia ha de ser una autonomia sense anima. Perque per a una autonomia en anima es imprescindible l’existencia de la consciencia de valencianitat que fa naixer el valencianisme.

Fa mes de mig sigle que repetixc que la prova de l’existencia en Valencia de la consciencia de la valencinitat seria l’existencia de lo següent, que ara no existix.

Primer. Que Vinatea tinga un carrer en son nom: en la capital (on te un carrero, no un carrer), i on no el tinga (se que alguna el te) de les problemes que defengue: Alacant, Alzira, Borriana, Castello, Elda, Guardamar, Morella, Morvedre, Novelda, Oriola i Xativa.

Segon. Que el nostre gran heroe civil, a mes dels carrers dits, tinga un monument en sa ciutat nativa: Morella i un atre en la capital, del qual ya fiu yo propaganda abans de la guerra i proponia que consistira, en l’actual plaça d’America, en un alta columna que sostingura l’estatua.

Tercer. Que, en la conservacio, clar, del monument a Alfons el Savi, hi haja un atre en Alacant en el que, baix l’estatua, es diga: A Jaume II, que nos feu valencians.
Subscribe to RSS Feed Follow me on Twitter!