domingo, 6 de julio de 2014

Es una evidencia innegable que la mentira es algo consustancial al ser humano. Desde que el hombre es hombre esta inmerso en ella: “No moriréis –dice la Serpiente a Eva- es que sabe Dios que el día que de él comáis se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal” (Gen., 3,5). La consecuencia fue y sigue siendo que la vida dejó de ser “Paraíso” para convertirse en “Valle de lágrimas”. El mal siempre ha sabido que su gran poder radica en la mentira. No necesitamos remontarnos a tiempos pretéritos. EL Comunismo es pura mentira, como mentira solapada es el Capitalismo. El gobierno zapateril fue una continua mentira seductora y el rajoyano nos resulta otra mentira indignante. El fruto amargo de tanta mentira es la grave y dolorosa crisis de todo orden que estamos padeciendo…
Pero no es de esta mentira de la que quiero hablar. Quiero volver a insistir en la mentira embaucadora que ha hecho lengua catalana la que siempre se ha llamado y se llama “VALENCIÀ”, en Valencia, y “BALÉÀ”, en Baleares. LA VERDAD es que Cataluña como tal no existía como entidad política ni soberana en 1229, conquista de Mallorca, ni en 1238, conquista de Valencia, por lo que no pudo traernos entonces su lengua inexistente. LA MENTIRA, hecha dogma, es la proclamación oficial de que esta Cataluña, inexistente política y geográficamente en el s. XIII, dio su inexistente lengua a Baleares (Estatuto de Autonomía, 1983) y a Valencia (Ley de Normalización Lingüística, 1982, y Academia Valenciana de la Lengua, 2001).
Lo inconcebible es que tanto en Baleares como en Valencia demasiada gente acepta pasivamente esta mentira, socialmente abominable y científicamente inaceptable. Lo escandaloso e impúdico es que esta mentira perversa esté avalada por universidades de Cataluña, Valencia y Baleares. Emplazo a los Magníficos Rectores de estas universidades a que me tilden de mentiroso y me denuncien en los juzgados por decir una y otra vez que la actual Cataluña no consta como concepto político en 1229 ni en 1238, por lo que es de lógica aplastante que no pudo darnos su lengua una nación inexistente… Les emplazo a que digan que no es verdad el hecho real de que la actual Cataluña fue del año 802 al 1258 (456 años) territorio soberano de la corona francesa con el nombre genérico de “Marca Hispánica”… Que digan que es falso el mapa que representa la Europa de 1235, en el que se puede comprobar perfectamente que la actual Cataluña era territorio francés… Que digan que es invención el hecho de que los condados de la Marca daban a su habla el nombre de su propio condado: ampurdanés, rosellonés, llemosí, urgellés, etc… Que digan que es fabulación el Tratado de Corbeil, 1258, en el que Luis IX de Francia dice explícitamente que es Rey y Señor de las tierras, bienes y personas de los condados hispanos que intercambia con Jaime I …
Lo expuesto y bastantes cosas más son hechos históricamente irrefutables. Han de ser, por tanto, tergiversaciones históricas fabuladas las maravillosas proezas que, según políticos, profesores, periodistas y libros de texto, llevó a efecto la inexistente Cataluña del s. XIII… Aunque el más elemental sentido común evidencia lo contrario, un pancatalanismo voraz e insaciable propala irreductible que nuestra lengua es obra prodigiosa de Cataluña… Su “ars triunfandi” se basa exclusivamente en EL GRAN PODER DE LA MENTIRA, bien arropada por el “poderoso caballero don Dinero”. Sigue una estrategia inteligentemente diabólica. Se presentan como el paradigma del bien y de la verdad… Los que desenmascaramos sus melosos embustes somos unos pobres incultos farsantes que engañamos y crispamos a la gente. Para contra restar a los que rechazamos sus embustes, usan hábilmente la táctica del descrédito a los contrarios, del premio generoso a los secuaces (“los vividores”) y del halago sibilino a los incautos (“los tontos”).

Juan García Sentandreu, Miguel Garau, Jorge Campos y muchos otros llenarían un libro con las fechorías e insultos de los obsesos pancatalanistas. Yo mismo, en opiniones anónimas contra mis escritos, he sido vilipendiado, se ha dudado de mi categoría de catedrático y hasta uno se atrevió a escribir: “¡Cuand es morirà aquest fill de puta d’en Juan Vanrell!”…

Cataluña tiene bien claro que sólo pueden desenmascarar sus interesadas falacias gentes con autoridad o ciencia. Mima con especial esmero a esta élite. La conquista con dádivas, halagos y prebendas. De ahí los miles de millones de las antiguas pesetas y los millones de euros actuales, sin olvidar los siempre interesados apoyos políticos, prestados puntualmente al Gobierno de Madrid. Amigos catedráticos que se benefician del festín, poco más o menos, me han comentado alguna vez: “Juan, tu lucha es causa perdida ya que no podemos con la poderosa fuerza política de Cataluña… Como nuestra lengua es parecida, lo mejor es unirla al catalán para poder salvarla… Tu Acadèmi te cuesta dinero, mientras a que mí me pagan los artículos y subvencionan mis trabajos…

La masa humana es borreguil. Fácilmente sigue a un líder carismático que la embauque: “¡Suelta a Barrabás (ladrón) y crucifica a Jesús!”, gritó una muchedumbre judía hace más de dos mil años… En nuestro caso concreto el liderazgo lo ejercen los maestros, que en Baleares son más catalanistas que los propios catalanes… Algunos embaucan de esta manera: “El mallorquín es sólo un catalán mal hablado por gente vulgar y payesa, por esto la gente culta y distinguida habla el catalán que se enseña en la escuela y la universidad”. Si algún alumno indica a su profesor que su abuelo le ha dicho que en mallorquín se dice “vacacions” y no “vacances”, la respuesta es inmediata: “¿Vas a creer más a tu abuelo sin estudios que a tu maestro que los tiene?”… A todo esto hay que añadir el chantaje laboral, que requiere el dominio del catalán para poder desempeñar cualquier trabajo público. Y para remate tenemos la labor periodística que exalta las falacias pancatalanistas, mientras silencia olímpicamente todos los escritos referentes a la verdad auténtica de la lengua balear…

El resultado de esta estrategia es el triunfo de la mentira. En sólo 30 años el pancatalanismo ha “normalitzat” solapadamente el valenciano y ha suplantado descaradamente el balear. El President J. R. Bauzá, Licenciado en Farmacia, y el Conseller C. Delgado, Licenciado en Derecho, parece que quieren enmendar este grave error filológico. Inmediatamente los enloquecidos y bien pagados catalanistas mallorquines han comenzado a hacerles la vida imposible…
Termino con un hecho reciente que indica el éxito impresionante del lavado de cerebro hecho por los profesores. Un buen amigo de Madrid, Doctor y Catedrático de Lengua Española, que fue Vicepresidente de la Asociación Nacional de Profesores Agregados de E. M., cuando yo era el Presidente, pasó el mes pasado unos días en Mallorca. Un camarero jovencito se hacía lenguas del “català” de las islas. Al hacerle notar este catedrático que estaba en un error, el camarero se indignó y lo trató de inculto… ¡¡¡QUÉ GRAN PODER EMBAUCADOR TIENE LA MENTIRA!!!
JUAN VANRELL NADAL, President de s’Acadèmi de sa Llengo Baléà. Prèmi Llealtad 2009 del Grup d´Acció Valencianista.

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