lunes, 3 de junio de 2013

La Sierra del Carche se sitúa encuadrada entre los municipios murcianos de Yecla, Jumilla, Abanilla y el municipio valenciano de Pinoso. En este enclave, administrativamente perteneciente a la Región de Murcia, existen 22 pedanías o lugares, siendo las más importantes o pobladas: La Cañada del Trigo y Torre del Rico (pertenecientes a Jumilla), El Collado de Los Gabrieles y Cañada de La Leña (pedanías de Abanilla), y Raspay (dependiente de Yecla). Entre los 22 enclaves, suman alrededor de 500 habitantes.

La curiosidad de estas pedanías, cuya economía es eminentemente agrícola, y que se sitúan más próximas a la población de Pinoso que a las poblaciones murcianas de las que dependen administrativamente, no es otra que el hecho de que en ellas se habla valenciano. Y este hecho lleva años despertando la curiosidad y las elucubraciones expansionistas del catalanismo.

Según las delirantes e hilarantes teorías catalanistas, "El Carxe", como ellos denominan a esta zona murciana, representan un enclave catalanoparlante en la Región de Murcia, sobre el cual hacen estudios lexicológicos, investigaciones filológicas y exposiciones, como si de algo insólito, excepcional o anómalo se tratara. Eso sí, siempre en clave imperialista, con la finalidad de exagerar y extender el dominio catalán como si de una mancha de aceite se tratara.

Lejos del imaginario catalanista y las fantasías expansionistas de sus cultísimos paniaguados, el fenómeno de las pedanías de la Sierra del Carche tiene una explicación de lo más sencilla y lógica: a partir de la expulsión de los moriscos, en el siglo XVII, las tierras de este enclave quedan terriblemente despobladas. A partir de mitad del siglo XIX, se repoblaron con familias de labradores de poblaciones alicantinas que buscaron en estas fértiles tierras vitícolas su modo de vida: Pinoso, Monover, Novelda y Petrer, principalmente. Estas familias, lógicamente, eran valencianoparlantes, y su lengua se ha venido transmitiendo de madres a hijos desde entonces, como en cualquier otra población valenciana.

Como curiosidades lingüísticas de la zona, encontraremos las típicas de cualquier zona de transición entre el valenciano y el castellano, como pueden ser los préstamos lingüísticos, en cuanto a vocabulario y frases populares se refiere.

Poco más que añadir sobre el Carche. Ni "enclave catalanoparlante en Murcia", ni milongas relacionadas con entelequias de corte imperialista. En las pedanías del Carche se habla lengua valenciana, el milenario valenciano que fue primera lengua de cultura de Europa, la misma que hablan más de 2 millones de valencianos, que nuestro Estatuto de Autonomía reconoce como oficial, que está incluida en la Ratificación Española de la Carta Europea de Lenguas Minoritarias y que fue aprobada en la Resolución Killilea por el pleno del Parlamento Europeo. A pesar de los intentos del catalanismo por reivindicar para su dominio lingüístico cualquier territorio en el que se hable valenciano, en tanto en cuanto consideran, a su enfermo y manipulador arbitrio, el valenciano como variante dialectal del catalán.

Una curiosidad a comentar: desde 2005, la AVL ha ofrecido clases de lengua (ya sabéis de cual) a los municipios a los que pertenecen estas pedanías. Afortunadamente para estos 500 valencianoparlantes, sólo el Ayuntamiento de Yecla aceptó la propuesta. Actualmente ya no se realizan estos cursos, debido a la baja participación que tuvieron. Así que, podemos afirmar que los valencianoparlantes del Carche son los únicos valencianoparlantes que no están sometidos al proceso de adoctrinamiento y catalanización al que se somete a los escolares y habitantes de territorio administrativo valenciano.

Tres filólogos catalanistas, Esther Limorti, Artur Quintana y Vicent Beltrán, llevan tiempo creando literatura técnica en torno al Carche, en clave catalanista, y han entrado en las pacíficas vidas de los ancianos del lugar empuñando el hacha catalanista para acribillarlos a preguntas sobre el origen de sus antepasados y "traduciendo" al neocatalaní todos los topónimos de la zona. Así, Carche pasa a ser "Carxe", Los Agapitos pasa a ser "Els Gàpits", La Cañada de la Leña pasa a ser "Canyada de l´Alenya", Abanilla pasa a ser "Favanella", Jumilla pasa a ser "Jumella", Yecla pasa a ser "Iecla", y mil ejemplos más, pasando a cuchillo vil, como han hecho en territorio valenciano, toda la toponímia.

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